Aunque el foco está en el sector oriente, en el último tiempo este modelo se ha expandido por todo el Gran Santiago. Analistas del sector explican aquí cuáles son las razones y qué están mirando los inversionistas.
Los cambios en los hábitos de consumo —potenciados por la pandemia— provocaron que los strip centers volcaran su mix de tiendas hacia productos y servicios de primera necesidad en sectores residenciales, un fenómeno que ha ocurrido con más fuerza en comunas como Ñuñoa, Las Condes, La Reina, Vitacura y Lo Barnechea, donde se concentra la mayor participación de estos centros comerciales en la Región Metropolitana, con un 28% del stock total, seguido por la zona norte de la capital con un 23%, según datos recientes de GPS Property.
Son comunas que ofrecen “cualidades ideales” para el desarrollo de este modelo, explica el gerente del Área de Inversiones de Colliers, Antonio Sivori, porque disponen de alto poder adquisitivo, densidad poblacional y flujo constante de personas. El ejecutivo añade que la clave para el crecimiento del mercado radica en la disponibilidad de terrenos con las características adecuadas y a precios competitivos.
Alejandro Contreras, gerente del Área Locales y Terrenos de MQ Servicios Inmobiliarios, señala que aunque las comunas de la zona oriente siguen teniendo mayor participación con placas comerciales, la necesidad de tener tiendas de conveniencia cerca de las residencias ha ocasionado que hoy, este espectro esté prácticamente todo el Gran Santiago: “Tal es el caso de Puente Alto, Lampa y Quilicura. En estas y otras zonas también se están emplazando edificios mixtos residenciales con placas comerciales”, sostiene.
Polo de inversión
Contreras dice que el espectro se ha ampliado a esas zonas porque los inversionistas están optando ahí por terrenos para este tipo de espacios comerciales.
Para Carlos Mac-Lean, gerente de Administración y Finanzas en Grupo IFB, este tipo de activos inmobiliarios termina siendo un refugio para los inversionistas, “generando buenas rentabilidades y una indexación a la UF con los contratos de arriendo, entregando cobertura ante la alta inflación”.
Además, la diversificación de arrendatarios minimiza el riesgo, sostiene Sivori, y agrega que junto al flujo periódico que generan, pueden tener usos alternativos.
Adicionalmente, los múltiples formatos, tamaños y locatarios de los activos, junto con la diversificación geográfica, permiten mantener tasas de ocupación en niveles históricamente altos. Tal es el caso de firmas como Grupo Patio, que en el último tiempo ha llegado a tasas de vacancia bajo el 3%, “lo que hace muy atractivo y rentable el negocio para inversionistas y arrendatarios”, comenta su Fund Manager, Christopher Ecclefield.