EL ESTALLIDO SOCIAL Y LA PANDEMIA FUERON EL DETONANTE PARA QUE VARIAS FAMILIAS DECIDIERAN MIGRAR A OTRAS REGIONES, SI BIEN LA MAYORÍA YA TENÍA EL SUEÑO DE UNA TRANQUILA VIDA EN PROVINCIA, EN PLENO CONTACTO CON LA NATURALEZA, ESTAS SITUACIONES APURARON EL CAMBIO Y LES DIERON UNA OPORTUNIDAD QUE PARA LA MAYORÍA HA SIDO MUY POSITIVA. EL FENÓMENO ES TEMA DE ESTUDIO POR PARTE DE INVESTIGADORES Y LAS PROPIAS INMOBILIARIAS.
De una empresa de tecnología a un emprendimiento ligado a la buena mesa. De Santiago a Puerto Varas. Así de rotundo fue el cambio por el que apostó Sebastián Parot el año pasado. La pandemia terminó de darle el impulso a este amante de la gastronomía, quien desde hace un tiempo tenía la idea de volver a encontrarse con el sur. “Con mi mujer lo soñábamos sin fecha. Yo recorrí harto el sur con mi familia, cuando era chico, y con la selección chilena de voleibol. De repente vinieron las cuarentenas, mi mujer quedó embarazada y no nos llamaba la atención formar familia en Santiago; todo calzó y dijimos ‘¡Vámonos!’”, cuenta. Arde Cocina se llama el negocio que abrió, enfocado en los habitantes de la ciudad, y que ofrece productos base para cocinar, diferentes especies y aperitivos, y para el cual se preparó durante meses de manera de estudiar bien el mercado. “Aquí hay una cultura gastronómica importante, podría enumerar 25 restoranes buenísimos”, dice.
Si bien es un hecho que, como Sebastián, muchos santiaguinos anhelan irse a otras regiones buscando mejor calidad de vida y un costo más bajo de esta –Carla Tapia, gerenta del área de Estudios de Montalva Quindos Servicios Inmobiliarios, advierte que es un fenómeno que se viene presentando con mayor fuerza desde hace unos cinco años–, el estallido social y la llegada del covid-19 motivaron aún más la decisión de traslado. El dato lo evidencian no solo las inmobiliarias que han visto un mayor interés en sus proyectos de regiones, sino que también fue documentado por el estudio que realizó el Instituto Data Science de la UDD junto con Telefónica y Cisco a fines del año pasado, al dar a conocer el índice de movilidad en tiempos de covid. La muestra arrojó que, al comparar marzo y noviembre de 2020, el 4,7% de los habitantes de la Región Metropolitana dejaron la zona. “No pensamos que fuese tan fuerte como lo que pasó en Nueva York, donde el 5% salió a comienzos de la pandemia, entre marzo y mayo”, explica la directora del instituto, Loreto Bravo. Ese 5% se traduce en unos 380 mil capitalinos, y las regiones preferidas han sido Valparaíso, con casi 30% de las preferencias; O’Higgins, con 13,4%, y Maule, La Araucanía, Coquimbo, Biobío y Los Lagos, con alrededor del 8% cada una.
A Concón precisamente en la Región de Valparaíso, llegó para iniciar un nuevo camino Camille Bachelet junto con su marido y sus tres hijos. “Queríamos salir de Santiago, tener una mejor calidad de vida y pensamos en este lugar porque mis papás y mis suegros están en la zona. Yo dejé mi trabajo en la UC y mi marido se vino aprovechando la posibilidad del teletrabajo. Tomamos el riesgo, y dijimos que si los niños quedaban en un buen colegio, nos veníamos. Y aquí estamos”, dice. Sin saber qué hacer y en plena cuarentena, se le ocurrió aprovechar el auge del delivery y ofrecer desayunos para saludar, con mensajes y una linda presentación. “La tranquilidad es lejos lo mejor de estar acá, escuchar las gaviotas y la vida de barrio donde se da un gran sentido de comunidad. Y mi marido tiene ahora un trabajo nuevo. Estamos muy contentos”, explica.
Según explica Carla Tapia, es justamente el fenómeno del teletrabajo uno de los factores para migrar a otras regiones: “Hay muchas facilidades para el desplazamiento a zonas que ofrecen mayor bienestar con menos contaminación, congestión vehicular, densidad demográfica, riesgos de contagios”, explica. En este escenario, cuenta, regiones como Coquimbo y Valparaíso han tenido un crecimiento de 10% en los últimos dos años, porque son atractivas para vivir, pero a corta distancia de Santiago, para no perder contacto con los cercanos o acceder a servicios de salud en caso de emergencia, por ejemplo.
Apoyado por el teletrabajo, Miguel González, gerente comercial, se fue a su segunda residencia en Pucón, la que construyó pensando que en algún momento sería la definitiva para él y su familia. Sin embardo, el 18 de marzo de 2020, cuando se declaró el estado de excepción, pensó: “Yo no me quedo acá”. El cambio fue tan positivo que su hijo menor entró a un colegio y decidió quedase definitivamente. Hasta vendió su casa en Santiago. “Vivimos en un condominio de 5 familias, a 20 minutos de Villarrica y 10 de Pucón y estamos inmensamente felices. Cuando uno da un paso así, se sabe que no va a tener todo lo que tenía en Santiago, pero acá hay otros beneficios”, cuenta. Lo mismo les sucedió a Melisa Jeldes y Karel Filipek, quienes, una vez decretada la cuarentena, partieron al lugar donde él se crió: Pucón. Primero hicieron teletrabajo desde una vivienda que arrendaron hasta que se lanzaron a la aventura de comprar una casa rodante en la que invirtieron todos sus ahorros. “Es una excelente alternativa por sobre un departamento, tengo hasta una oficina adentro y ahora la estamos remodelando para dejarla increíble. La tenemos puesta en el bosque, en el terreno de la familia de mi pololo”. Melisa hoy con un nuevo trabajo, coincide con Miguel en que fue una buena decisión dejar Santiago. Dice que hay muchos profesionales, de todo tipo, exposiciones y restoranes ricos: “Hay hasta una sala de cine donde ir a ver películas”, dice.
–Con la pandemia, muchas segundas residencias se han convertido en la primera, a veces solo por el tiempo que dura la cuarentena, pero hay bastantes casos en los cuales se ha profundizado el patrón. Me parece que Puerto Varas es paradigmático por las amenidades que ofrece– explica Ricardo Trufello, geógrafo, investigador de Cedeus y director del Observatorio Ciudades UC. Asimismo, el profesional da cuenta de un fenómeno no menor a tener en cuenta: los desafíos que enfrentan los gobiernos locales con la fuerte migración a otras regiones. “Muchas veces se genera una presión de vida urbana en lugares donde hay normativas distintas, la gente se va con una idea bucólica y al poco tiempo aparecen exigencias de ciertos servicios, aparecen externalidades como la contaminación o los tacos. La migración es una situación que tiene sus complejidades”, indica. Situaciones que quizás se verán en el futuro; por ahora, el presente les brinda a estas familias un entorno seguro, natural y donde se sienten a gusto.